martes, 25 de noviembre de 2014

¿Tyrannosaurus rex ó Manospondylus gigas?

Si hay un dinosaurio conocido por todos ese es el Tyrannosaurus rex. Sin embargo hay detalles curiosos de este dinosaurio que la mayoría de la gente no conoce.

Antigua representación del T. rex.

Las últimas teorías sobre los terópodos (dinosaurios carnívoros) apuntan a que muchos de ellos tuvieron plumas y el Tyrannosaurus no escapa ante esa posibilidad. También se ha cuestionado si era un depredador o un carroñero, y el debate sigue abierto. Pero lo mejor será empezar por el principio.


Arriba esqueletos de resina. Principal fósil original.
Entre 1902 y 1905 se empieza a estudiar al Tyrannosaurus rex, en ese año se le otorga el nombre científico por el que le conocemos hoy en día. Los restos son abundantes y se realizan moldes de los huesos para hacer maquetas a tamaño real con la intención de montar posteriormente un esqueleto con huesos originales.

Se han conservado fotografías de aquellas "maquetas" que muestran unos esquetos muy dinámicos. Los ingenieros sin embargo se encontraron con muchos problemas técnicos  al montar el original dado el peso de los huesos fósiles y su montaje se modificó. Por esa razón el Tyrannosaurus que se expuso en el museo tiene un aspecto más "estático".

Lo que no sabían los descubridores del T.rex es que en 1892 Edward Drinker Cope (ver el tema de "La guerra de los huesos") había encontrado un par de vértebras de Tyrannosaurus y Cope denominó al dinosaurio Manospondylus Gigas.

Vértebra descubierta por Cope.
Los restos eran escasos y aunque había parecido entre los dos dinosaurios no se podía concretar que se tratara del mismo animal. Pero en el año 2000 se localizó el yacimiento donde Cope había recuperado las vértebras de Manospondylus y allí se encontraron más huesos y se pudo concluir que los restos pertenecían efectivamente a un Tyrannosaurus rex.

De acuerdo a las reglas del código internacional de nomenclatura científica ante la asignación de dos nombres científicos a una misma especie prevalece el nombre más antigüo; en este caso Manospondylus gigas. Sin embargo se hizo una excepción dada la popularidad del nombre y se permitió que el nombre utilizado fuera Tyrannosaurus rex.

Con plumas, sin plumas, siendo depredador o carroñero, llamandose Manospondylus o Tyrannosaurus, este dinosaurio depredador de enormes dientes seguirá cautivando a todos los públicos pese a no ser el dinosaurio carnívoro de mayor tamaño que ha pisado la tierra.

Representación actual de Tyrannosaurus rex.


Autor: Germán Zanza López.
Ilustraciones: m.forocoches.com, www.paleofile.com, www.popsci.com,
Fotografías: scienceblogs.com
Fuentes:
- Osborn, H. F. (1905). Tyrannosaurus and other Cretaceous carnivorous dinosaurs (el Tyrannosaurus y otros dinosaurios carnívoros cretácicos). Bulletin of the American Museum of Natural History 35:733-771.
- Osborn, H. F. (1917). Skeletal adaptations of Ornitholestes, Struthiomimus, Tyrannosaurus (las adaptaciones del esqueleto de Ornitholestes, Struthiomimus, elTyrannosaurus). Bulletin of the American Museum of Natural History 35: 733-71.
- Horner, John R. and Lessem, Don. The Complete T. Rex. How Stunning New Discoveries Are Changing Our Understanding of the World's Most Famous Dinosaur. (El T. rexcompleto. Cómo los nuevos estupendos descubrimientos están cambiando nuestra comprensión del dinosaurio más famoso del mundo). Simon and Schuster, 1993. ISBN 0-671-74185-3. 

domingo, 23 de noviembre de 2014

¿Huellas de gigantes y de dinosaurios juntas?

A comienzos de la década de los años 30' del siglo XX durante las excavaciones paleontológicas del río Paluxy, se descubrieron unas huellas fósiles de forma humana junto a huellas de dinosaurio. El conjunto tenía una antigüedad aproximada de 112 millones de años, el ser humano aparecería aproximadamente 105 millones de años después. Las huellas además eran de un tamaño muy grande sólo atribuibles a gigantes.

El debate entre creacionistas y evolucionistas estaba servido y ese debate ha llegado hasta nuestros días. ¿Es posible que una raza antigua de gigantes viviera junto a los dinosaurios? Yo no lo sé, pero voy a intentar explicar el por que de esas peculiares huellas "humanas".

La fotografía de la dcha. es la que mejor muestra los rasgos de una huella humana. Una de las pegas es que es la pintura la que destaca la forma de la huella y también es raro que esté aislada sin formar un rastro.

Estas otras huellas tienen 3,5 millones de años y pertenecen a un grupo de homínidos africanos. Si las comparamos con la huella anterior nos daremos cuenta de la sensación que transmiten de autenticidad. En estas huellas no se ven los dedos separados, ya que con la acción de caminar lo más lógico es que no se conserven esos ragos. 


En la fotografía de abajo izquierda vemos un rastro de dinosaurio y como otro de huellas "humanas" se cruza, ¿o no son huellas humanas? Sin lugar a dudas se ha jugado con el ángulo y las sombras para obtener el resultado deseado, huellas difusas. (Hay huellas marcadas en rojo y azul para ubicar el rastro).
La fotografía de la derecha muestra el mismo rastro desde otro enfoque y con más detalle. De ese rastro destaca la huella con el nº 3 (se recomienda ampliar la imagen)  que se ha sacado del plano en la fotografía de la izquierda y muestra claramente tres garras propias de los dinosaurios carnívoros.


La pregunta clave en este punto es: ¿A qué se debe este tipo de formas en las huellas?
No conocemos las características exactas del barro en el que se dejaron las huellas, pero podemos intuir por como se comportó el sedimento, que se trataba de un barro muy "plástico", blando y húmedo. En ese barro los dinosaurios undieron sus pies e incluso los metatarsos, lo que produce una huella más alargada, hay ejemplos de este tipo de huellas en Enciso, La Rioja. Al retirar el pie el dinosaurio el barro podía retroceder hacia el interior de la huella tapando parte de ésta. La erosión posterior pudo desgastar la superficie y hacer casi imperceptible la presencia de los tres dedos característicos de los dinosaurios bípedos.


Abajo muestro tres ejemplos de aspecto erosivo conservados en río Paluxy.



Como vemos algunas huellas se han erosionado tanto que no se ven los tres dedos y dan a la huella una falsa forma humana. Solo falta pintar unos dedos humanos al final y obtendremos nuestra particular huella de gigante.

Por lo tanto y siguiendo unas teorías basadas en los datos, yo me decanto por interpretar las huellas de "gigantes" como huellas de dinosaurios carnívoros. Un tipo de huellas peculiares que fueron dejadas al apoyar el metatarso y las falanges del pie.

Hay que mencionar también que en aquellos años se vendieron fósiles de forma muy popular y se procedió también la la falsificación descarada de algunos supuestos fósiles. En la fotografía de abajo a la izquierda se ve una de esas falsificaciones. 


Los detalles son patentes si prestamos atención. La huella auténtica de dinosaurio del centro presenta diferentes niveles en su planta que corresponden a las almoadillas del pie y a la acción de caminar, los extremos de los dedos presentan la típica inclinación hacia los laterales y el dedo central muestra también una pequeña inclinación que ayuda a saber si se trata de un pie izquierdo o derecho; en este caso un pie derecho.

En el ejemplo de falsificación de la izq. vemos como la huella de dinosaurio es plana sin marcas de las almoadillas de los pies, la forma de los dedos y el talón no tienen la forma anatómica propia de un pie de terópodo. Por su parte la huella humana muestra todos los dedos intactos, cosa nada habitual al caminar descalzo sobre el barro.

Como pasa siempre con estos temas habrá gente que pese a los datos siga pensando que estas huellas en concreto son de gigantes, la información y el esfuerzo va dedicado a las personas que están dispuestas a valorar los datos y tomar su propia conclusión.


Autor: Germán Zanza López.
Fotografías: www.programacontactoconlacreacion.blogspot.com, www.noticiasdeabajo.wordpress.com, www.harunyahya.es, Keith Thrash, Germán Zanza.


viernes, 21 de noviembre de 2014

El "hobbit" de Indonesia. Homo floresiensis.

En 2003 el mundo de la paleoantropología se sorprendió con un inesperado descubrimiento. Un esqueleto de un homínido fue desenterrado en una cueva de la Isla de Flores en Indonesia, se trataba de una mujer adulta de 30 años, de un metro de altura y 18.000 años de antigüedad.


Desde el primer momento hubo dos grupos diferenciados de científicos, uno se postuló a favor de clasificar el fósil como una especie nueva de homínido. El otro grupo lanzó la tesis de que en realidad no es una nueva especie sino un caso de microcefalia en la prehistoria.

En 2004 las excavaciones continuaron y se encontraron herramientas de piedra comparables a las realizadas por homo sapiens, pero de un tamaño equivalente para ser utilizadas por homo floresiensis. Además aparecieron partes de otros nueve individuos de iguales características. La antigüedad iba desde los 90.000 hasta los 13.000 años.

Por otro lado la riqueza paleontológica de la Isla de Flores aporta mucha información faunística. En la isla vivían parientes enanos del elefantes, lagartos gigantes similares al dragón de komodo, ratas de gran tamaño y el hombre de flores encaja a la perfección en una adaptación isleña.

El principal problema surgía en el dogma científico que establecia que la inteligencia racional no podía darse con un cerebro pequeño y las evidencias ponían en tela de juicio ese dogma. Al parecer homo floresiensis era capaz de fabricar herramientas, vivía en grupo y su craneo tenía una capacidad de 380 cm3 similar al de un chimpance adulto, un hombre actual tiene aproximadamente 1.400 cm3.

El Smithsonian se centró en el estudio de la estructura de la muñeca del homo floresiensis y detectó que se parecía mucho más a la mano de un chimpance teniendo poca similitud con neandertal ó  sapiens lo que descarta la opción de un ejemplar enfermo de microcefalia y apoya la opción de una nueva especie. Además las mandíbulas no tienen barbilla característica que aparece en todos los sapiens incluidos los afectados de microcefalia. 

De izq. a dcha. cráneo de floresiensis, cráneo sapiens y mano de floresiensis.

El debate se ha apaciguado pues son pocos los científicos que ahora ponen en duda el trabajo de investigación y no aceptan al homo floresiensis como una nueva especie.

Hay muchas preguntas en el aire que habrá que ir respondiendo poco a poco. Lo que está más que demostrado es que la línea evolutiva del género homo que dio origen a nuestra especie es mucho más compleja de lo que se pensaba.


Autor: Germán Zanza López.
Ilustraciones: www.es.wikipedia.org.
Fotografías: www.daynes.com, www.mclibre.org, www.nbcnews.com
Fuentes:
- Morwood, M. J.; Brown, P., Jatmiko, Sutikna, T., Wahyu Saptomo, E., Westaway, K. E., Rokus Awe Due, Roberts, R. G., Maeda, T., Wasisto, S. and Djubiantono, T. 2005. "Further evidence for small-bodied hominins from the Late Pleistocene of Flores, Indonesia". Nature 437: 1012–1017.
- Richard G.D. (2006) "El hobbit de flores era un hombre sano".
- Holmes, Bob (2007) "Hobbit wrist bones suggest a distinct species".

lunes, 17 de noviembre de 2014

Jurassic Park ó... ¿Cretacic Park?

En 1993 Jurassic Park nos acercó a los dinosaurios como nunca antes lo habían hecho nadie. Sus efectos especiales nada tienen que envidiar a las películas actuales aunque hayan pasado más de 20 años desde su estreno. Pero no voy a hablaros de todas sus virtudes, sino de sus defectos científicos.


Hay que entender que se trata de una película de ciencia-ficción y obviamente deben tomarse sus licencias para transmitirnos distintas sensaciones. Así que desde un punto de vista científico moderado voy a exponer algunas de dichas "libertades".

BRACHIOSAURUS
Es uno de los primeros dinosaurios en aparecer y su escena es impactante. Un gigantesco titán del periodo Jurásico que si hubiera realizado el acto que se ve en la fotografía de abajo hubiera sufrido una gran presión en el pecho y algo muy parecido a un vértigo al no llegar correctamente la sangre a la cabeza. Este tipo de dinosaurio no estaba adaptado morfológicamente para alzarse sobre las patas traseras.


DILOPHOSAURUS
En la pelíula este dinosaurio escupe veneno y además tiene una especie de "abanico" que se despliega del cuello igual que un reptil actual, el clamidosaurio. Lo que nos dice la paleontología de este dinosaurio es que no tenía ninguna estructura en el cuello que hiciera desplegar tal vela, y no hay signos para pensar en que tuviera veneno.
Reconozco que en su día me horrorizaron tales atributos, pero hoy en día encajados en el tipo de película me gusta que jueguen con aspectos fantásticos.
Existió un dinosaurio venenoso del que hablaré en otro momento, pero no fue el Dilophosaurus.

 Abajo izq. Dilophosaurus en J. Park; Abajo dcha. reptil Clamidosaurio.
Arriba ilustración y tamaño real de Dilophosaurus.

 
VELOCIRAPTOR
En este caso no hay excusa. El Velociraptor es un depredador del Cretácico que posiblemente cazaba en manada y tenía un comportamiento grupal pero que era mucho más pequeño que los que salen en la película.


Lo más sangrante, es que hay un dinosaurio de la misma familia y del tamaño de los que la peli. El Deinonychus encaja perfectamente y de hecho iba a ser el elegido, pero por un error se mantuvo al Velociraptor.

Tamaño real Velociraptor.


TYRANNOSAURUS REX
En la película se destaca que el Tyrannosarus no te verá si no te mueves. Yo aconsejo a todos los que lean el blog, que si alguna vez se encuentran con un T. rex corran lo máximo que puedan.
Esa teoría surge por la forma del cerebro del T.rex, que es similar a una rana, la zona que pocesa la visión es muy parcida y sabemos que las ranas prestan mayor atención a objetos en movimiento, pasando casi inadvertidos aquellos que permanecen estáticos.


En cualquier caso Parque Jurásico bien podría haber sido Parque Cretácico, porque la mayoría de los dinosaurios que aparecen en la saga son el periodo Cretácico. Pese a todo, incluidos sus errores, es la mejor película con dinosaurios y una con los mejores efectos especiales. Como habreis observado no he mencionado cuestiones como ausencia de plumas en algunos dinosaurios, porque la ciencia de aquellos años no contemplaba esa posibilidad.


Autor: Germán Zanza López.
Ilustraciones: www.es.wikipedia.org, Sergey Krasovskiy.
Fotografías: Película "Jurassic Park".



domingo, 16 de noviembre de 2014

La guerra de los huesos.

Este apartado de la historia de la paleontología en el que nos vamos a sumergir es conocido como “La guerra de los huesos”. Los paleontólogos Edward Drinker Cope y Othiniel Charles Marsh (a partir de ahora Cope y Marsh jejeje) eran colegas se conocieron en Berlín y su amistad les llevó incluso a nombrar nuevas especies de animales prehistóricos en honor mutuo. Sin embargo su carácter temperamental los distanció y los convirtió en enemigos. Es en este punto donde comienza “La guerra de los huesos”.

Marsh a la izquierda y Cope a la derecha

 Entre los años 1877 y 1892 ambos financiaron sus propias expediciones con su patrimonio con el objetivo principal de desprestigiarse el uno al otro. Tal fue la disputa que se llegaron a contratar los servicios de mercenarios que con rifles y picos en mano se apoderaban de yacimientos controlados por su enemigo e incluso destruían dichos descubrimientos.

Equipo de Marsh

Fue tal el enfrentamiento que el patrimonio del que disponían fue agotándose hasta arruinarse. Está claro que las técnicas de excavación dejaban mucho que desear, lo que primaba era extraer muchos y grandes huesos fósiles. Además había que ser rápido en la extracción para evitar que “el enemigo” lo localizara y destruyera los restos. Esta guerra quizás provocó que algunos restos se perdieran, puede que algunos de esos dinosaurios destruidos fueran únicos; sin embargo el interés del público se incrementó notablemente con los descubrimientos de Cope y Marsh. La guerra de los huesos dejó en el patrimonio de los Estados Unidos 142 especies prehistóricas descubiertas, y un interés por la paleontología que aún hoy continúa.

Ilustración del mundo prehistórico que descubrieron Marsh y Cope

Puede que tengais interés en saber quien ganó la guerra, Marsh fue el ganador destacado con 80 nuevas especies descritas, mientras que Cope sólo descubrió 56 nuevas especies. Entre dichas especies están algunos de los dinosaurios más conocidos actualmente: Diplodocus, Triceratops, Allosaurus, Stegosaurus, Camarasaurus ó Coelophysis. También el Apatosaurus conocido anteriormente como Brontosaurus.


Autor: Germán Zanza López.
Fotografías: www.sciencetechmystery.blogspot.com, www.es.wikipedia.org.
Fuentes:
- Norell, Mark A.; Gaffney, Eric S.; i Dingus, Lowell (1995). Discovering Dinosaurs in the American Museum of Natural History. Nova York: Alfred Knopf Publishing. ISBN 0-679-43386-4.
- Preston, Douglas (1993). Dinosaurs in the Attic: An Excursion Into The American Museum of Natural History. Estados Unidos: Macmillan Publishers. ISBN 0-312-10456-1.
- Colección fascículos "Dinosaurios".

miércoles, 12 de noviembre de 2014

El misterio de una cabeza. El Brontosaurio.

El modo de hacer paleontología a medidados del siglo XIX poco tenía que ver con como se hace hoy en día. Los fósiles eran productos, se trataba de conseguir los mejores huesos, montar esqueletos rápidamente y ser los primeros en exhibir los dinosaurios más espectaculares. Esa competitividad dio lugar a la conocida "Guerra de los huesos" entre dos paleontólogos norteamericanos: Cope y Marsh.

El brontosaurio es uno de los dinosaurios más conocidos por todos, su largo cuello, su cuerpo en forma de tonel y una cola larga son sus características principales. Además fue el primer dinosaurio de cuello largo (saurópodo) en ser descubierto.

Reconstrucción del Brontosaurio siglo XIX

Marsh era el paleontólogo encargado de la excavación del Brontosaurio, los huesos iban surgiendo y parecía estar casi completo, pero una vez finalizada la excavación confirmaron que faltaba una pieza fundamental, la cabeza.
Marsh entonces tuvo que decidir que hacer, si exponer el Brontosaurio sin cabeza, o arriesgar su reputación y poner la cabeza de otro gran dinosaurio (Camarasaurio) que había encontrado un tiempo antes en otra zona. Finalmente decidió poner la cabeza del Camarasaurio en el cuerpo del Brontosaurio.

Esqueleto de Brontosaurio con cabeza de Camarasaurio

Pasaron unos años y un sorprendente descubrimiento llegó a oidos de Marsh. Un nuevo esqueleto de Brontosaurio se había descubierto y esta vez sí había cabeza. Pero ésta era más pequeña y parecía rídicula comparada con la del Camarasaurio que él había asignado al primer esqueleto. Decidieron guardar el pequeño y ridículo cráneo de Brontosaurio y sustituirlo también por el de Camarasaurio. Marsh no podía permitirse rectificar y ser atacado por Cope (su competidor) y el error se mantuvo conscientemente.


Cráneo Brontosaurio izq. y cráneo de Camarasaurio dch.

El cuerpo del Brontosaurio y del Camarasaurio nada tienen que ver, aunque ambos son dinosaurios de cuello largo pertenecen a grupos diferentes y en 1975 un paleontólogo del museo se dió cuenta del error. Revisando las notas originales de la excavación leyó que se había descubierto el cráneo del Brontosaurio pero que que había guardado en los almacenes del museo. Curiosamente el cráneo seguía allí  y se corrigió el error. Abajo comparación de Brontosaurio izquierda y Camarasaurio derecha.



Llegados a este punto había un problema ya que el conocido como "Brontosaurio" era en realidad la mezcla de dos dinosaurios: cuerpo de "brontosaurio" y cabeza de "camarasaurio". Y se decidió rebautizar al Brontosaurio como Apatosaurio, nombre con el que hoy en día se le conoce. No sabemos cuantos errores más pudieron surgir de aquellos tiempos, y cuantos estaremos cometiendo hoy en día pero la ciencia se adapta y esperemos que poco a poco conozcamos el pasado remoto de nuestro planeta.

Imagen actualizada del Apatosaurus antiguo "Brontosaurio"

Un saludo, y prometo hablar con detalle de aquella "Guerra de los huesos" entre Marsh y Cope. Espero que os haya gustado el tema.


Autor: Germán Zanza López.
Ilustraciones: Raúl Martín.
Fotografías: www.alexiustoday.org.
Fuentes:
- Bakker, R.T. (1998). "Dinosaur mid-life crisis: the Jurassic-Cretaceous transition in Wyoming and Colorado". In: S.G. Lucas, J.I. Kirkland, & J.W. Estep (eds.) Lower and Middle Cretaceous Terrestrial Ecosystems; New Mexico Museum of Natural History and Science Bulletin, 14: 67–77.
- Gould, S.J. (1991). Bully for Brontosaurus: Reflections in Natural History, W. W. Norton & Co., 540pp.
Fasovsky, D. E.; Weishampel, D. B. (2009). Dinosaurs: A Concise Natural History (en inglés). Cambridge: Cambridge University 
- urner, C.E. and Peterson, F., (1999). "Biostratigraphy of dinosaurs in the Upper Jurassic Morrison Formation of the Western Interior, U.S.A." Pp. 77–114 in Gillette, D.D. (ed.),Vertebrate Paleontology in Utah. Utah Geological Survey Miscellaneous Publication 99-1.
- Trujillo, K.C.; Chamberlain, K.R.; Strickland, A. (2006). «Oxfordian U/Pb ages from SHRIMP analysis for the Upper Jurassic Morrison Formation of southeastern Wyoming with implications for biostratigraphic correlations». Geological Society of America Abstracts with Programs 38 (6): 7.
- Serie Documental Paleomundo.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Mírame a los ojos soy un pingüino gigante.

¿Acaso hay algo más siniestro que un pingüino mirándote fijamente en la penumbra desde el final de un largo pasillo? Sus ojos brillantes e inexpresivos con el fulgor de la ténue luz que acentúa su silueta... inquietante sin duda jejeje. Mucho más inquietante si ese pingüino pudiera devolver la mirada a la altura de tus ojos. Quizás la culpa de estos pensamientos sea de H.P. Lovercraft.
 

Como veis no todos tenemos los típicos temores recurrentes, hoy en día además el pingüino de mayor tamaño apenas llega a los 115 cm de altura, así que cada noche duermo tranquilo. No hubiera pasado lo mismo hace 40 millones de años durante el Eoceno.
Si hubieramos vivido en aquellos años en las costas del sur de Perú, en Ica, podríamos haber visto colonias de Icadyptes salasi. Es el mejor conocido de los "pingüinos gigantes", la cantidad de fósiles favorece que se conozca con gran detalle su morfología. Medía 150 cm de altura y su dieta se supone piscívora como todos los  Esfenisciformes (pingüinos).



En aquellos tiempos también vivía Pachydyptes ponderosus. Vivía en las costas de Nueva Zelanda, medía 150 cm de altura y aunque no era el mayor de los pingüinos conocidos si era quizás uno de los más voluminosos. Los cálculos estimados le dan un peso que oscila entre los 80 y los 100 kg.




Pero aún nos queda por ver al mayor de todos los pingüinos gigantes conocidos hasta ahora, el Palaeeudyptes klekowskii. Sus restos se encontraron en las costas de la Antártida, son escasos pero suficientes para estimar una altura de entre 170 - 180 cm. Se supone también piscívoro y vivió en el Eoceno, al igual que los pingüinos gigantes de los que hemos hablado. Abajo se le compara con un pingüino emperador (Aptenodytes forsteri) y un pingüino pequeño (Eudyptula minor).




Sin lugar a dudas tuvo que ser interesante ver alguna colonia de estos pingüinos, teniendo en cuenta que el mayor de los pingüinos actuales es el P. emperador con 120 cm de altura y cualquiera de sus antepasados gigantes hubiera superado facilmente ese tamaño. Espero que os haya gustado el tema.


Autor: Germán Zanza López.
Ilustraciones: www.es.prehistorico.wikia.com, www.penguinsworld.cz, www.merdeka.com.
Fuentes:
- Oliver, Walter R. B. (1930). [Genus Pachydyptes]. In: New Zealand birds, 85-86. Wellington: Fine Arts.
- Marples, B. J. (1962): Observations on the history of penguins. In: Leeper, G. W. (ed.), The evolution of living organisms. Melbourne, Melbourne University Press: 408-416.
- Clarke, Julia A.; Daniel T. Ksepka, Marcelo Stucchi, Mario Urbina, Norberto Giannini, Sara Bertelli, Yanina Narváez, and Clint A. Boyd (29 de junio de 2007). "Paleogene equatorial penguins challenge the proposed relationship between penguin biogeography, body size evolution, and cenozoic climate change".