viernes, 23 de septiembre de 2016

El color del Psittacosaurus ya no es un invento.

En Made in Pangea no nos gusta abusar del adjetivo "excepcional" o "único", pero lo cierto es que la ciencia no nos lo pone fácil en los últimos años. Muchos de los descubrimientos que recogemos en el blog superan las expectativas de los paleontólogos y pueden considerarse sueños hechos realidad. Es lo que sucede con un fósil de Psittacosaurus descubierto en China.

Cabeza de Psittacosaurus, vista frente.
El Psittacosaurus es un dinosaurio herbívoro que vivió en Asia durante el Cretácico. Los sucesivos fósiles han aportado nuevas pruebas sobre este animal. Por ejemplo, sabemos que ingería piedras pequeñas para ayudar en la digestión de los alimentos, y últimamente se han descubierto filamentos en la cola como púas de puercoespín. Aunque no tiene grandes cuernos está emparentado con el triceratops.

Lo que no se había encontrado hasta ahora, ni se esperaba encontrar, era un fósil de Psittacosaurus que conservara la piel y patrones de melanina y ayudara a determinar los colores del dinosaurio. El fósil es tan alucinante que un órgano como la cloaca queda claramente identificado en el espécimen.

Fósil de Psittacosaurus con piel y melanina.

Hay que reconocer también, que el trabajo del paleoartista Bob Nicholls, es muy bueno. Y ayuda a imaginar cómo pudo ser este animal en vida.

El tipo de pigmentación descubierta y como se distribuye por el cuerpo determina según los expertos que el Psittacosaurus era un animal que usaba un camuflaje apropiado para desenvolverse en áreas boscosas. Es muy probable por tanto, que fuera un dinosaurio con el bosque como hábitat.

Reconstrucción basada en el fósil.

Desde ahora los paleoartistas ven acortada su imaginación y deberán ceñirse al "nuevo" fósil y a la nueva imagen del Psittacosaurus. Al menos hasta que nuevos descubrimientos aporten más información sobre estas enigmáticas criaturas.


Autor: Germán Zanza López.
Ilustraciones: www.deviantart.com
Fotografías: The Guardian.
Fuentes:
- The Guardian.
- Vinther, J 2015 Fossil melanosomes or bacteria? A wealth of findings favours melanosomes.


https://www.jurassic-dreams.com/

martes, 13 de septiembre de 2016

Mawsonia y la historia del celacanto.

Nadie abordo esperaba ese 22 de diciembre de 1938, que una criatura que se creía extinta ocupara un espacio en la cubierta del barco. Un celacanto, un pez extinguido hace 65 millones de años, había sido capturado en las aguas de Sudáfrica. El ejemplar medía 1,5 metros y pesaba 50 kilos y era el único ejemplar conocido del grupo de los celacantos vivo.

Fotografía del primer celacanto.
Era una noticia impactante para la comunidad científica pues una especie que se creía extinta vivía en los mares del sur de África. Pero las sorpresas no habían terminado, ya que en el año 1998 una nueva especie fue descubierta con vida en las islas Célebes, a casi 10.000 kilómetros de los ejemplares conocidos anteriormente.

De esta manera no era una, sino dos, las especies de celacanto en nuestros mares: Latimeria chalumnae (especie Africana) y Latimeria menadoensis (especie Indonesia).

Los celacantos son animales muy peculiares hoy en día, no sólo porque son "fósiles vivientes", además representan un modo de transición del medio acuático al medio terrestre. Sus extremidades tienen unas características que evolutivamente van encaminadas hacía un dominio del desplazamiento por tierra firme, algo que sólo podemos ver en los celacantos y en los peces pulmonados.

a) Mawsonia, b) L. chalumnae, c) L. menadoensis

Además de esta peculiaridad los celacantos sorprenden por su variedad, incluyendo especies de un gran tamaño. El Mawsonia por ejemplo, es una de las especies más grandes alcanzando los 6 metros de longitud y un peso aproximado de 600 kilogramos.
Habitaba los aguas saladas de América del sur y África, y era presa habitual del Spinosaurus, un gran dinosaurio africano adaptado al medio acuático.

No sabemos que otras sorpresas nos depararán los profundos y misteriosos océanos, pero es posible que prehistóricas criaturas guarden los abismos más inaccesibles y oscuros. Será cuestión de tiempo y paciencia desvelar esos secretos.


Autor: Germán Zanza López.
Fotografía: www.taringa.net.
Fuentes:
- History of the Coelacanth Fishes by Peter Forey.
- Discovering Fossil Fishes by John Maisey and John G. Maisey.
- Fishes of the World by Joseph S. Nelson.


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viernes, 9 de septiembre de 2016

Basilosaurus: La serpiente gigante.

Durante los primeros años del siglo XIX en Luisiana se hicieron muy populares unos huesos gigantes fosilizados. Pertenecían a una criatura prehistórica, pero eso no importó a muchos de los lugareños que utilizaban dichos huesos como muebles improvisados.

Algunos de esos fósiles se enviaron a un importante anatomista que estudió y bautizó al animal. Pensó que se trataba de un enorme reptil marino y lo denominó Basilosaurus, que en griego antiguo significa "reptil rey".

Ilustración del esqueleto de la "serpiente gigante".
La abundancia de fósiles gigantes era de sobra conocida y Albert Koch vio la oportunidad de hacer negocio. Recuperó en Alabama diversos huesos con los que formó un esqueleto de casi 40 metros que estuvo expuesto en Nueva York y más tarde en Europa.
Pero la criatura no fue presentada como el esqueleto completo de un Basilosaurus, sino como el auténtico esqueleto de una serpiente marina gigante a la que llamó: Hydrarchos sillimani.
Posteriormente se demostró que los huesos eran en realidad de 5 animales diferentes, algunos incluso ni siquiera eran de Basilosaurus. Por desgracia dicho esqueleto no ha llegado hasta nuestros días ya que se destruyó en el gran incendio de Chicago.

Por aquel entonces Richard Owen ya había observado varios errores, entre ellos que los fósiles no eran de un reptil, sino de un mamífero marino similar a una ballena. Y aunque lo intentó, le fue imposible cambiar el nombre del animal, ya que predomina la referencia más antigua. Así pues, el "reptil rey" era en realidad un mamífero.

Esqueleto de Basilosaurus comparado con figura humana.

Hoy en día sabemos que el Basilosaurus vivió hace 45 millones de años y que se extinguió a comienzos del Oligoceno posiblemente debido a un cambio climático. Es el primer gran cetáceo en aparecer en el registro fósil y se caracteriza por tener un cuerpo muy delgado y alargado, y dos patas traseras diminutas. Esas dos pequeñas extremidades pudieron tener una función en la cópula, aunque aún es una teoría sin confirmar.


Al frecuentar zonas costeras y aguas someras, y al estar muy extendido por el mundo, sus fósiles son muy conocidos y abundantes. Se encuentran en América, África y Oriente Medio.

La criptozoología ha propuesto al Basilosaurus como candidato a la solución de varios misterios como el de Gambo, Nessie o el Ogopogo. Aunque la realidad parece indicar que por desgracia es una criatura extinta.


Autor: Germán Zanza López.
Ilustraciones:  BBC documental Caminando entre las bestias, www.hidrarchos.org, www.biologynews.net.
Fuentes:
- Owen, R. (1842). Observations on the Basilosaurus of Dr. Harlan (Zeuglodon cetoides, Owen). Geological Society of London.
- Gibbes, R. W. (1847). On the fossil genus Basilosaurus, Harlan, (Zeuglodon, Owen) with a notice of specimens from the Eocene green sand of South Carolina. Journal of the Academy of Natural Sciences of Philadelphia.
- Gingerich, P. D. (2002). Progress on the origin of whales. Geoscience News.


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