LAS PRIMERAS PIEDRAS.
Es en 1960
cuando se comienza a hablar de las piedras de Ica, como refleja el arqueólogo
Alejandro Pezzia Assereto en su libro "Ica y el Perú precolombino"
escrito en 1968:
“es interesante indicar que las referidas piedras
grabadas o cantos rodados, vienen intrigando a los arqueólogos, al parecer por
primera vez desde el año 1960. Los trabajos científicos realizados en Ica por
Uhle, Tello, Kroeber, Strong, Rowe y muchos expertos nacionales y extranjeros,
nunca lograron descubrir tan importantes testimonios"
El
arqueólogo Herman Busse de la Guerra, también se posiciona al respecto en su
libro “Introducción al Perú” (1966):
“La primera noticia de este arte en piedra la
tuvieron los hermanos Soldi a finales de 1961, cuando algunos
"curiosos", residentes en la parte Sur del valle de Ica, les
mostraron ejemplares obtenidos en tumbas de la región."
Los
primeros por tanto en tener piedras de Ica en sus manos fueron los hermanos Carlos
Soldi y Pablo Soldi. Herman Busse de la Guerra describe las piezas en su libro:
"Carlos Soldi ha clasificado las piezas de su
colección -todas ellas adquiridas a los huaqueros, sin otras referencias que
las imprecisas de estos hombres rústicos-, obteniendo los siguientes
resultados: 46 antropomorfas, 11 de pesca, 12 de lobos marinos, 18 de aves, 6
de langostas o camarones, 6 de serpientes y 4 de sapos. El resto son un grupo
miscelaneo."
Ésta es la
primera referencia escrita que describe las piedras de Ica. Cabe destacar que
en ningún momento representaciones
peculiarmente extrañas que llamen la atención de los coleccionistas Soldi. Y
también hay que destacar que las piezas proceden del comercio de los huaqueros
(saqueadores de restos arquelógicos).
PIEDRAS EN LAS TUMBAS.
Hay tres
excavaciones arqueológicas documentadas en los años 60 en las que aparecieron
piedras de Ica, hacemos un repaso rápido sobre ellas.
1ª Piedra
Santiago
Agurto Calvo, durante la excavación de una tumba de Paracas en 1966, descubrió
una roca labrada de 7 cm de largo, 6 cm de ancho y 2 cm de grosor, la imagen
representaba una flor o estrella estilizada.
Alejandro
Pezzia indica en su libro:
“las
evidencias asociadas con la piedra corresponden al estilo Paracas-Cavernas de
Ocucaje y su edad puede estimarse en 2.300 años”
2ª Piedra.
Alejandro
Pezzia tuvo la fortuna de encontrar dos piedras en dos tumbas en el cementerio
de San Evaristo de la Hacienda Toma de Luz, de la Región de Callango del Valle
de Ica. Pezzia se refiere de esta manera al hallazgo:
“el diseño representaba un pescado de cuerpo
alargado, cabeza grande con la boca y ojos medianos. Ostenta una gran aleta
dorsal, dos pequeñas ventrales y una bronquial. La cola es robusta y termina en
una aleta caudal simétrica”.
Tamaño de
la piedra: 6,5 cm de largo, 4,5 cm de ancho y 2 cm de grosor. La antigüedad
estimada oscila entre 900 y 1.200 años D.C.
3ª Piedra.
En la
segunda tumba correspondiente a las excavaciones de Pezzia, describe lo
siguiente:
“Sobre la
sección superior del cráneo ubicado al oeste (…) se halló en posición
horizontal y derecha una piedra de andesita de color negro de forma elíptica y
casi plana con 66 milímetros de diámetro mayor y 45 milímetros de diámetro
menor con 16 milímetros de grosor aproximadamente, encontrándose grabada en una
de sus caras en la técnica incisa con el diseño de una llama”.
La antigüedad oscila entre 1.200 y 1.400
años.
Podemos
concluir esta primera parte diciendo que en 1961 se habla por primera vez de
piedras labradas con símbolos, y que hasta 1966 no hay referencias de grabados
representando a dinosaurios, aparatos tecnológicos avanzados u operaciones
quirúrgicas.
LA HISTORIA DEL DR. CABRERA.
En su libro
“El mensaje de las piedras grabadas de Ica” (1976), el Doctor Javier Cabrera
Darquea dice lo siguiente:
“entonces pude ver por primera vez una gran
cantidad de estos grabados pétreos. Vi dibujos de aves, lagartos, arañas,
serpientes, peces, camarones, sapos, tortugas, llamas”.
En el
párrafo anterior el Dr. Cabrera, describe la colección del hermano de Félix
Llosa Romero. Félix fue amigo de infancia de Cabrera y quien además le regaló
la primera piedra grabada al cirujano. Podemos apreciar como la descripción del
Dr. Cabrera no menciona dinosaurios ni nada parecido a operaciones
quirúrgicas. Aparecen sin embargo
animales muy representados en las abundantes cerámicas precolombinas de la
zona.
En 1966
Cabrera comienza la colección de las piedras de Ica. Usa su posición
privilegiada como Presidente en la Casa de la Cultura de Ica para ubicar ahí
dicha exposición. Cuando éste es cesado en 1968, la traslada a su domicilio,
utilizando la planta baja de la casa como Museo, donde permanecen las piedras
de Ica desde entonces.
Basilio Uchuya. |
Eran dos
los huaqueros principales que proporcionaban las piedras a Cabrera, por lo
tanto no hay método científico, tampoco desvelan el yacimiento donde las
consiguen.
Uno de esos
huaqueros es Basilio Uchuya, otra es una mujer, Irma Gutierrez de Aparcama,
ambos son los principales suministradores de gliptolitos (nombre con el que
Cabrera se refiere a las piedras de Ica).
Cabe
destacar que a partir de esta fecha (1966) es cuando Cabrera comienza a
adquirir piedras sorprendentes con dinosaurios luchando con humanos, supuestas
máquinas voladoras y curiosamente operaciones quirúrgicas, la disciplina que
desarrollaba el doctor Cabrera.
Comienza a
especular sobre un mensaje oculto en las piedras con millones de años de
antigüedad dejado por una civilización perdida que convivió con los
dinosaurios, que poseía conocimientos en medicina muy avanzados y tecnología
imposible hace más de 65 millones de años.
El mensaje
al que hace referencia es complejo y solamente él es capaz de interpretarlo.
Sirva el siguiente texto como ejemplo de las interpretaciones de Cabrera:
Doctor Cabrera Darquea. |
“una figura cuyo significado no es lo que ha
simple vista representa la figura, sino algo que la trasciende; por ejemplo el
dibujo de un ave es el símbolo de aparato de vuelo; la figura del alticamellus
(camélido primitivo) es el símbolo de que el incremento calorífico del planeta
solo permite la vida de animales resistentes a altas temperaturas; el dibujo de
una pirámide es el símbolo de un complejo sistema tecnológico captador,
acumulador y distribuidor de energía; la figura de la hoja puede significar
energía biológica, conversión de energía fotónica en electrónica o también
energía cognoscitiva (capacidad reflexiva del hombre)”.
No hay una
base objetiva detrás de las suposiciones de Cabrera, y nada sirve para
sustentar sus afirmaciones, todo es fruto de una visión particular e
interesada.
En 1968,
Cabrera posee la mayor de las colecciones de piedras de Ica, con 1.500 piezas.
Recordemos que todas ellas proporcionadas por huaqueros que no revelan datos
sobre el yacimiento. Y su colección llegará hasta las 11.000 piezas.
SOSPECHAS Y CONFESIONES.
Basilio
Uchuya confesó en 1975 ante la Policía de Investigaciones del Perú y ante la
prensa de su país, que todas las piedras que había sumistrado al Dr. Cabrera
eran en realidad obras de artesanía que él mismo había realizado.
Hay que
tener en cuenta que el comercio de objetos arqueológicos en Perú es un delito
que se castiga con la cárcel y era a eso a lo que se arriesgaba Basilio dada su
manifiesta actividad como huaquero.
B. Uchuya tallando una piedra. |
Pasado un
tiempo y escudado en que de lo contrario hubiera acabado en la cárcel, Basilio
aclaró que se había visto obligado a mentir y que en realidad las piedras eran
auténticas, aunque para entonces ni siquiera las autoridades del país se
tomaban en serio el asunto y le permitieron continuar con el comercio de las
piedras talladas.
Pero para
desgracia de Basilio, Irma Gutierrez también confesó el fraude.
ENLACE PRIMERA PARTE.
Autor: Germán Zanza López.
Fotografías: J.A. Caravaca, A. Veciana, Los divulgadores.
Fuentes:
ENLACE PRIMERA PARTE.
Autor: Germán Zanza López.
Fotografías: J.A. Caravaca, A. Veciana, Los divulgadores.
Fuentes:
Blog: caravaca.blogspot.com.es
Libro: La verdad sobre las piedras de Ica. Autores: Félix Arenas y Mª del Carmen Olázar.
Blog: losdivulgadores.com
Agradecimientos:
Para
la realización de esta segunda parte quiero dar las gracias
especialmente a Jose Antonio Caravaca por toda la información prestada y
por el importante e interesante material fotográfico que me ha cedido.
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