sábado, 17 de febrero de 2018

El vampiro de Drácula.

Antes de que mi interés por la paleontología surgiera, mi pasión eran los animales actuales. Ojeaba maravillado cada una de las especies que, dibujadas con realismo, poblaban los libros que coleccionaba. Con 5 o 6 años, recuerdo que quedé asombrado ante una de las ilustraciones: Un vampiro posado sobre una res, lamía la sangre que brotaba de una herida. Por aquel entonces los vampiros eran, para mi joven mente, criaturas fantásticas protagonistas de películas de terror. 

Izq. Vampiro gigante;  Dcha. Vampiro común.

Pasaron algunos años y con mi creciente interés por la paleontología la figura del vampiro volvió a sorprenderme. Descubiertos en Brasil, Venezuela y Argentina, los vampiros gigantes (Desmodus draculae) eran un 30% mayores que los vampiros comunes actuales. Algunos de los huesos fueron datados con una antigüedad de entre 2,5 millones de años y 10.000 años. Pero lo más sorprendente es que algunos especímenes descubiertos en Argentina apenas tenían 300 años de antigüedad.

Deidad Azteca, Camazotz.
Es muy posible que los vampiros gigantes motivaran la imagen de Camazotz, una deidad Azteca con forma de murciélago vampiro. Y tampoco tenemos que descartar la posibilidad de que hoy en día aún existan pequeñas poblaciones de estos hematófagos en la profundidad de la selva. Aunque por el momento la ciencia describe al Desmodus draculae como una especie extinta.


Si el lector no se ha dado cuenta, Desmodus draculae, significa algo así como: El vampiro de Drácula, en claro homenaje al personaje literario de la obra "Drácula" de Bram Stoker. Aunque dudo que el ajo o un crucifijo, nos mantuvieran a salvo del mortal e inadvertido lametazo. Pues la saliva del vampiro posee un anestésico que adormece la piel, evitando que nos despertemos cuando sus afilados incisivos penetran en nuestra carne. Después, un anticoagulante es el encargado de evitar que la herida cicatrice mientras el ladrón de sangre se sacia.

Es de suponer que el vampiro gigante estaba también provisto de estos mecanismos para robar la sangre de sus víctimas. Ahora extinto, solo puebla los museos y las pesadillas, pero por si acaso será mejor cerrar la ventana. 


Autor: Germán Zanza López.
Ilustraciones: www.alphynix.trumblr.com (editado).
Fotografías: www.comicvine.gamespot.com
Fuentes:
- Czaplewksi, NJ; Cartelle, C. 1998. Murciélagos del Pleistoceno de depósitos de cuevas en Bahía, Brasil. Journal of Mammalogy (1998), 79: 784 - 803.
- Cartelle, C. 1995. Una fauna local de mamíferos pleistocênicos da Toca da Boa Vista (Campo Formoso, BA).


https://www.jurassic-dreams.com/

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