El ser humano ha
realizado alianzas a lo largo de la historia con diferentes animales. Se ha
ayudado de las habilidades de éstos para facilitar su vida, dando una justa recompensa a algunos de esos "salvajes" compañeros. Uno de los que se vio
beneficiado por el "pacto" con los humanos, fue el gato.

La arqueología
nos ayuda a vislumbrar ese sendero que ambas especies recorrieron juntas, y nos
lleva hasta Oriente Medio y Egipto. Pero la arqueología no aporta todos los
datos necesarios para conocer en profundidad esta historia.
Gracias al ADN, y
a los estudios realizados en Bélgica por el paleogenetista Claudio Ottoni,
algunos datos curiosos han visto la luz. Se utilizó el ADN de huesos,
dientes y piel, de más de 200 gatos encontrados en África, Oriente Próximo y
Europa. El ADN evidenció que todos los gatos domesticados descendían de una subespecie
salvaje africana, un gato silvestre denominado Felis silvestris lybica.
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Felis silvestris lybica y en azul su distribución geográfica. |
Hace 10.000 años,
los primeros gatos fueron domesticados en Oriente Próximo y es de suponer que
con la migración de aquellos agricultores los gatos también se trasladaron. Una vez allí algunos
iniciaron su camino independiente en busca de nuevos hogares.
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Claudio Ottoni junto a momia de gato. |
Otro de los
detalles curiosos es que los gatos en la antigüedad fueron rayados de forma
general, y que el pelaje con manchas no se generalizó hasta la Edad Media.
Curiosa y aún con
interrogantes la historia de nuestros inteligentes e interesados compañeros,
los gatos. Puede que veamos con otros ojos a nuestros peludos amigos y al observar sus manchas o sus rayas, los imaginemos en aquel pasado de agricultores, faraones y reyes.
Autor: Germán Zanza López.
Ilustraciones: www.wikipedia.org
Ilustraciones: www.wikipedia.org
Fotografías: www.ferrebeekeeper.files.wordpress.com, www.c1.staticflickr com.
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