Darwin, padre de la teoría de la evolución, fantaseó con la imagen de un oso que en contacto con el medio fluvial iba adquiriendo adaptaciones que lo vinculaban a ese ecosistema y como progresivamente se convertía en una forma similar a una ballena que regresaba a los mares. Pero esa figura hipotética del oso era sólo una hipótesis, hubo que esperar a que la paleontología del siglo XX diera con fósiles que arrojaran luz a tales planteamientos.
Primero se encontró un cráneo y posteriormente restos del esqueleto. El animal en concreto era un mamífero cuadrúpedo que poco de ballena tenía, al menos a simple vista, porque un examen más profundo reveló características muy interesantes. Los huesos del oído del Pakicetus eran idénticos a los de los cetáceos actuales, con una composición única en el reino animal.
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Pakicetus |
Pero además existía un animal que tenía similitudes con el Pakicetus y modificaciones en los miembros que lo adaptaban a ambientes acuáticos, su nombre: Ambulocetus.
El cráneo y la forma de los dientes tienen un parecido asombroso con los de su antecesor terrestre y sin embargo Ambulocetus, podía nadar hábilmente gracias a sus manos y pies palmeados.
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Ambulocetus |
Hay formas intermedias, pues es lógico pensar que la evolución de los cetáceos no fue en una línea única, y surgieron varios modelos simultáneos que tomaron diferentes caminos. Algunos desaparecerían y otros darían origen a sucesivos grupos que se ramificarían hasta nuestros días. Uno de esos antepasados fue el Dorudon, una especie de delfín primitivo, que aún mantenía un parecido en su esqueleto y cráneo con sus antepasados más cercanos (pakicetus y ambulocetus).
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Dorudon |
Y el gran salto lo dió el Basilosaurus, sin perder esos rasgos primitivos creció en tamaño y se considera uno de los primeros mamíferos acuáticos similar a una ballena. En un primer momento, cuando se descubrió el fósil, pensaron que se trataba de un reptil prehistorico de ahí el nombre de Basilosaurus que quiere decir, "reptil rey".
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Basilosaurus |
Para los más curiosos pongo las fotos de los esqueletos de estas 4 formas evolutivas de cetáceo para que se puedan apreciar las similitudes óseas.
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De izquierda a derecha: Pakicetus, Ambulocetus, Dorudon y Basilosaurus. |
Basilosaurus desapareció o simplemente evolucionó hacia otras formas más eficientes, sea como fuere esos modelos arcaicos de dientes puntiagudos tomaron variados caminos dando lugar a los mamíferos más grandes conocidos en la historia de la tierra. Y quien sabe si quizás algún día, un delfín o una ballena pone de nuevo sus garras sobre la tierra y vuelve a ese medio que le sirvió de hogar. En todo caso no sabemos si serán felices y comerán perdices, porque este cuento aún se está escribiendo...
Autor: Germán Zanza López.
Ilustraciones: www.palaeopedia.tumblr.com, www.jodyneilson.wikispaces.com, www.carnivoraforum.com, www.unlobogris.deviantart.com.
Fotografías: www.rescast.com, www-personal.umich.edu, www.pixgood.com.
Fuentes:
- P. D. Gingerich & D. E. Russell (1981). «Pakicetus inachus, a new archaeocete (Mammalia, Cetacea) from the early-middle Eocene Kuldana Formation of Kohat (Pakistan)». Univ. Mich. Contr. Mus. Paleont 25: 235–246.
- P. D. Gingerich, M. Haq, I. S. Zalmout, I. H. Khan, and M. S. Malkani. 2001. Origin of whales from early artiodactyls: Hands and feet of Eocene Protocetidae from Pakistan. Science 293:2239-2242.
- J. G. M. Thewissen, E. M. Williams, L. J. Roe and S. T. Hussain (2001). «Skeletons of terrestrial cetaceans and the relationship of whales to artiodactyls». Nature 413: 277–281.