Madrid 27 de Septiembre de 1920.
Número 1.110
EL PRECURSOR DE LOS AVIADORES.
El padre de todas las aves.
Si el estegosauro hubiese vivido hasta la aparición del hombre en la tierra, habría sido uno de los monstruos más temidos. |
Hace cosa de un millón de años, durante el período llamado Jurásico,
cuando la tierra era un inmenso pantano, la Naturaleza hacía fantásticas
pruebas creando verdaderos monstruos animales. Era la época de los
deicosaurios, gigantescos reptiles, de formas de pescadilla, dadas por la madre
naturaleza en un momento de indigestión creadora, después de una cena pesada y
pantegruélica.
Entro todos estos monstruos, ninguno tan interesante para el hombre de
ciencia como el estegosauro.
Medían estos animales de cinco a ocho metros desde la cruz al sacro de
donde partía una cola de iguales dimensiones; el cuello y la cabeza medían de
dos a tres y medio metros. El tamaño más corriente era de unos diez metros
desde su cabeza hasta la extremidad de la cola. Las patas anteriores eran
sumamente cortas y las traseras tres veces más largas.
No es, sin embargo, su tamaño lo que más ha llamado la atención de los
naturalistas, sino las aletas que en doble fila salen de su dorso desde la
cabeza hasta la mitad de la cola.
Durante cerca de medio siglo los paleontólogos del mundo han tratado
de explicar el uso de las grandes aletas, y después de varios estudios han
sacado su consecuencia, gracias a un esqueleto casi completo del estegosauro.
Por éste se ha visto que este animal es el precursor del aeroplano; es
más, el padre de todas las aves.
Gracias a que el esqueleto hallado estaba todo unido, se ha visto
exactamente la forma del monstruo y se ha podido sacar consecuencias muy
curiosas. Las aletas misteriosas no estaban unidas a la espina dorsal, ni eran
de hueso, sino de naturaleza córnea, flexibles y fáciles de manejar y darles
movimiento con los músculos del gran cuerpo. Eran estas aletas, superficiales
resbaladoras o sostenedoras; especie de planos de los aviones, que podían
levantarse o bajarse y transportar a grandes saltos por el aire los enormes
corpachones, a permitir al monstruo deslizarse por el aire desde una altura a
un nivel inferior.
Además se encontró que el peso de este deicosauro no era tan grande como se creía. Sus grandes huesos eran huecos y con cámaras aéreas como los de las aves, y las aletas muy ligeras.
Todo esto hace creer que este animal fue el precursor de los aeroplanos, de las máquinas voladoras más pesadas que el aire y es más, el padre de todas las aves, y que sus aletas fueron el primer paso para la evolución de las alas cubiertas de pluma.
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