En el interior del Museo nos esperaba Fidel Torcida, Director del
Museo, que tuvo la deferencia de mostrarnos los secretos que se esconden tras
los fósiles. Por desgracia algunos de los lugares más interesantes del entorno
de Salas de los Infantes, como las huellas de “Atila” (en el yacimiento cercano de Costalomo), pertenecientes a un dinosaurio carnívoro
de gran porte, solo los podemos conocer mediante las fotografías de los
paneles, las réplicas a escala real y maquetas en miniatura del yacimiento. No
hay financiación para proteger y divulgar, con la seguridad necesaria, un
yacimiento tan excepcional.
Púas y placas sobre el lomo, defensa inexpugnable de los herbívoros
acorazados, ornamentos duros y de una gran densidad ósea que potenciaban su
fosilización. Como contrapunto los estilizados y más pequeños fósiles de los
“dinosaurios gacela”, los Hypsilophodon ágiles y de mediano tamaño, que
posiblemente se movieron en manada. Una muestra de la variedad de formas
herbívoras de dinosaurio de Burgos.
Fidel Torcida nos recordó que hay especies aún en estudio y que falta
mucho por conocer de los ornitópodos salenses.
Entre uñas “estilete” de Iguanodon, y otras muchas otras partes
fosilizadas del esqueleto de este tipo de dinosaurios herbívoros de gran
tamaño, nos acercamos a un dinosaurio con “nombre propio”, y es que
Demandasaurus darwini es algo más que un dinosaurio. Demandasaurus es un
símbolo, es deporte (da nombre a una consolidada marcha de montaña) y es la conexión del pueblo con el patrimonio. Sus huesos
no tienen secretos para el Director del Museo, que con entusiasmo describe sus
características más interesantes, esas autopomorfías que lo definen como
especie.
Las vitrinas se agotaron, pero nos aguardaba una sorpresa. Solo había
una forma de acabar el recorrido por el museo. Europatitan eastwoodi fue
descrito en 2017, y desde entonces ocupa parte del espacio de almacén-laboratorio donde se
ve obligado a coexistir con momias (fósiles extraídos envueltos en espuma de
poliuretano para su protección) de excavaciones recientes. La movilidad es
reducida para quienes trabajan allí y como “piojos en costura” contemplamos el
fósil con entusiasmo. A través de los ojos de Fidel, Europatitan nos muestra
sus sacos aéreos y los abundantes huecos en las vértebras, trucos todos ellos,
para aligerar su peso. Un titán que motivó muchas preguntas respecto a dichas
adaptaciones. Un enigma “de cuello larto” y 35 toneladas que de momento no
tiene hueco en el museo.
Después llegó el ambiente distendido y las compras de rigor, porque es
difícil resistirse a comprar un dinosaurio de vez en cuando. Y entre risas y
agradecimientos nos despedimos de Fidel.
Y como nunca está de más, reiteramos los agradecimientos al Museo de
Dinosaurios de Salas de los Infantes y particularmente a Fidel Torcida Fernández-Baldor,
por el trato cordial y cercano y por sus excelentes explicaciones. A Luis
Ángel, por recibir siempre a los visitantes del Museo y aguantar mis chácharas.
Y obviamente a Javier Urién, con quien siempre es fácil hablar y que acepta de
buena gana las propuestas que lanzo cada cierto tiempo. Gracias a todos porque
sois geniales.
Y recordaré que esta historia comenzaba con una quedada, con unos
nicks en Twitter y la loca idea de quedar para conocer a quienes hasta entonces
eran desconocidos. Ya lo hemos dicho todo en estos días posteriores a la
excursión, ha sido un placer conoceros y espero que esta no haya sido la última
vez en la que los Dinosaurios nos unen. Hasta pronto.
Autor texto: Germán Zanza López.
Autor fotografías: (1-4) Museo Dinosaurios Salas, (2-3) Conjunto Vacío.
Autor fotografía pie de la entrada: Conjunto Vacío.
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