En Inglaterra, en
1677 fue descrito por primera vez un fósil de dinosaurio, aunque por aquel
entonces quien sujetaba el fragmento de hueso no tenía ni idea de lo que era un
dinosaurio, ni siquiera existía dicho término. El fósil quedó descrito como la parte
fragmentada de un fémur perteneciente a
un animal gigante sin determinar.
Hueso denominado "Escroto humano". |
Casi un siglo
después, en 1763, el hueso fue examinado de nuevo. Lo que antes se consideraba
la parte distal de un fémur ahora era reclasificado como Scrotum humanum, o lo
que es lo mismo: Escroto humano. Se creía por tanto que el fósil era el órgano
genital petrificado de un gigante varón. Hay que tener en cuenta que la
paleontología todavía no era una ciencia y ni siquiera existía el concepto de
extinción. Efectivamente la primera descripción era correcta y se trataba de la
parte distal del fémur de un dinosaurio carnívoro.
En las primeras
décadas del siglo XIX, William Buckland recupera y estudia numerosos fósiles de
dinosaurio procedentes de diversas canteras Inglesas. Junto a Georges Cuvier
(destacado anatomista francés), Buckland concluye que los huesos fosilizados
son de un enorme reptil carnívoro de hasta 12 metros de largo. Bautizado como
Megalosaurus Bucklandii.
En esa época
personajes muy importantes para la historia de la paleontología, de los que
hablaremos en futuras entradas, realizaban investigaciones paralelas sobre
otros reptiles gigantes extintos. Se establecían así las bases de la
paleontología y el estudio de los dinosaurios. Un mundo nuevo de criaturas
"imposibles" aparecía ante los ojos de los estudiosos que aún no
tenían un término con el que referirse a ese grupo de reptiles gigantes.
Y a mediados de
ese siglo XIX Richard Owen propuso un nombre. Tomando del griego las palabras: δεινoς
(deinos=terrible) y σαῦρος (sauros=lagarto), formó el nombre con el que hoy en
día todo el mundo conoce a este grupo de animales: DINOSAURIO (lagarto
terrible).
Así es como nació una ciencia, "La Paleontología", gracias a
una Inglaterra Victoriana impulsora del saber, ávida de conocimiento que no
escatimó en recursos y dotó a sus científicos de lo necesario para hacer
historia.
Autor: Germán Zanza López.
Ilustraciones: www.en.wikipedia.org.
Fotografías: www.en.wikipedia.org.
Fuentes:
- Documental: "Dinosaurio: Un invento victoriano."
- Colección fascículos: Dinosaurios. Editorial Planeta DeAgostini.
- Atlas ilustrado de los Dinosaurios. Editorial Susaeta.
Autor: Germán Zanza López.
Ilustraciones: www.en.wikipedia.org.
Fotografías: www.en.wikipedia.org.
Fuentes:
- Documental: "Dinosaurio: Un invento victoriano."
- Colección fascículos: Dinosaurios. Editorial Planeta DeAgostini.
- Atlas ilustrado de los Dinosaurios. Editorial Susaeta.
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