Durante los primeros años del siglo XIX en Luisiana se hicieron muy populares unos huesos
gigantes fosilizados. Pertenecían a una criatura prehistórica, pero eso no
importó a muchos de los lugareños que utilizaban dichos huesos como muebles
improvisados.
Algunos de esos
fósiles se enviaron a un importante anatomista que estudió y bautizó al animal.
Pensó que se trataba de un enorme reptil marino y lo denominó Basilosaurus, que
en griego antiguo significa "reptil rey".
Ilustración del esqueleto de la "serpiente gigante". |
La abundancia de
fósiles gigantes era de sobra conocida y Albert Koch vio la oportunidad de
hacer negocio. Recuperó en Alabama diversos huesos con los que formó un
esqueleto de casi 40 metros que estuvo expuesto en Nueva York y más tarde en
Europa.
Pero la criatura no fue presentada como el esqueleto completo de un
Basilosaurus, sino como el auténtico esqueleto de una serpiente marina gigante a la que llamó: Hydrarchos sillimani.
Posteriormente se
demostró que los huesos eran en realidad de 5 animales diferentes, algunos
incluso ni siquiera eran de Basilosaurus. Por desgracia dicho esqueleto no ha
llegado hasta nuestros días ya que se destruyó en el gran incendio de Chicago.
Por aquel
entonces Richard Owen ya había observado varios errores, entre ellos que los
fósiles no eran de un reptil, sino de un mamífero marino similar a una ballena.
Y aunque lo intentó, le fue imposible cambiar el nombre del animal, ya que
predomina la referencia más antigua. Así pues, el "reptil rey" era en
realidad un mamífero.
Hoy en día
sabemos que el Basilosaurus vivió hace 45 millones de años y que se extinguió a
comienzos del Oligoceno posiblemente debido a un cambio climático. Es el primer
gran cetáceo en aparecer en el registro fósil y se caracteriza por tener un
cuerpo muy delgado y alargado, y dos patas traseras diminutas. Esas dos pequeñas
extremidades pudieron tener una función en la cópula, aunque aún es una teoría
sin confirmar.
Al frecuentar
zonas costeras y aguas someras, y al estar muy extendido por el mundo, sus
fósiles son muy conocidos y abundantes. Se encuentran en América, África y
Oriente Medio.
La criptozoología
ha propuesto al Basilosaurus como candidato a la solución de varios misterios
como el de Gambo, Nessie o el Ogopogo. Aunque la realidad parece indicar que
por desgracia es una criatura extinta.
Autor: Germán Zanza López.
Ilustraciones: BBC documental Caminando entre las bestias, www.hidrarchos.org, www.biologynews.net.
Fuentes:
Fuentes:
- Owen,
R. (1842). Observations on the Basilosaurus of Dr. Harlan (Zeuglodon
cetoides, Owen). Geological Society of London.
- Gibbes,
R. W. (1847). On the fossil genus Basilosaurus, Harlan, (Zeuglodon, Owen)
with a notice of specimens from the Eocene green sand of South Carolina. Journal
of the Academy of Natural Sciences of Philadelphia.
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