Las especies de murciélagos conocidas que habitaron en la Península
Ibérica durante el Pleistoceno, eran las mismas que hoy en día; animales de
pequeño tamaño y de hábitos nocturnos. Con una esperanza de vida de 15 años, en
algunos casos llegando incluso hasta los 35 años y una tasa de natalidad de una
cría por año. Si a todo esto le sumamos que son mamíferos voladores muy ágiles,
sin apenas depredadores, y que hibernan, la esperanza de encontrar sus fósiles
lejos de las cuevas se reduce drásticamente.
Izq. Angélica Torices, Dcha. Julia Galán. |
Sin embargo en paleontología no todo son enormes huesos, y para
estudiar a los murciélagos que vivieron con los neandertales, hay que “tirar”
de microscopio. Solo así, podemos apreciar todos sus detalles y determinar a
que especie pertenece cada resto fósil.
Es así como sabemos que los murciélagos que pudieron ver los
neandertales hace 50.000 años en cuevas como las del Cerro del Pezón de Aguilón
(Zaragoza), eran especies idénticas a las que podemos contemplar hoy en día. Y
eso nos debe de sorprender, ya que en aquel tiempo la fauna que en general
poblaba nuestro país era muy variada y diferente a lo que podemos ver hoy en
día. Es interesante por ello, saber que los murciélagos, los únicos mamíferos
adaptados al vuelo, apenas vieron modificada su morfología y que las especies presentes
en aquel tiempo, sobrevivieron a los brutales cambios de temperatura.
Los fósiles más antiguos de quirópteros se encuentran en América, y
datan de hace 55 millones de años. En España no tenemos fósiles tan antiguos y
nos tenemos que conformar con fósiles de aproximadamente 25 millones de años. El
vuelo del murciélago, por lo tanto continúa siendo un enigma, pues los fósiles
más antiguos presentan formas anatómicas análogas a las actuales y no hay
registro fósil que muestre su “evolución”. Parece que la adaptación del
murciélago, fue rápida y en un entorno que no debió de favorecer la
conservación de sus frágiles huesos. Aunque es fácil imaginar a un pequeño
animal similar a una comadreja saltando de árbol en árbol y adaptando sus manos,
cada vez más grandes, a un planeo entre árboles que acabó dotando de alas a
este magnífico animal.
Los curiosos deberían aprovechar las noches urbanitas de verano y
contemplar durante unos minutos el haz de luz de las farolas, pues podrán ver una
sombra del pasado, el vuelo de una criatura enigmática, que lejos de ser un
ratón, tampoco es ciego.
Autor texto: Germán Zanza López.
Foto charla Murciélagos "La evolución de los señores de la noche": Germán Zanza López.
Foto fósiles de Aguilón: Galán et al. 2015. Fossil bats from the Late Pleistocene site of the Aguilón P7 Cave (Zaragoza, Spain).
Fuentes:
- Galán et al. 2015. Fossil bats from the Late Pleistocene site of the Aguilón P7 Cave (Zaragoza, Spain).